La boda de Macarena y Juan se convirtió en una experiencia inolvidable y alegre que quedará grabada en nuestra memoria como fotógrafos de bodas.
A pesar de que cada boda tiene su propia narrativa, en esta ocasión, los novios decidieron desafiar todas las normas y protocolos tradicionales, lo que hizo que nuestro trabajo se convirtiera en una emocionante aventura llena de sorpresas, ya que nunca sabíamos qué momentos inesperados iban a suceder a continuación.
La familia de Macarena posee una hermosa casa en Cantabria, rodeada de exuberante vegetación y majestuosos árboles. Este lugar encantador fue escogido con cariño por los novios como el escenario perfecto para su boda.
La ceremonia fue una experiencia emocionante, divertida y breve que todos disfrutamos al máximo. Luego, nos dirigimos a la casa de la novia, donde Macarena y Juan habían preparado una celebración que evocaba el espíritu de las típicas fiestas populares de la región.
Para la comida, optaron por un enfoque innovador al contratar un servicio de catering que ofrecía una variada selección de platos, desde delicias cántabras hasta exquisita comida japonesa.
Los novios también montaron una barra de bar que capturaba la esencia de las festividades veraniegas en los pueblos, lo que añadió un toque extra de diversión y espontaneidad a la celebración.
Después de la comida, Macarena y Juan habían organizado una serie de juegos para sus invitados, en los que todos participaron con entusiasmo, haciendo que la tarde fuera aún más amena y entretenida.
La mayoría de los invitados viajaron desde Edimburgo, donde Juan y Macarena residen actualmente, y quedaron impresionados por la creatividad y la alegría que los novios habían incorporado a su boda. Todos se divirtieron como niños en un parque de atracciones.
A continuación, os mostramos un resumen fotográfico de esta boda inolvidable en Cantabria. Esperamos que estas fotografías capturen al 100% la esencia de esta celebración única en la que tuvimos el placer de participar como fotógrafos de boda.