«La aventura de María y Carlos nos llevó hasta el encantador escenario del País Vasco para su inolvidable boda, y nosotros empacamos nuestras cámaras y equipo de fotografía, embarcándonos en un viaje hacia tierras vascas para capturar cada momento especial.
Esta pareja es radiante, con mucho sentido del humor y emanan un estilo único. Desde el principio, quedó claro que su boda cualquiera.
Los acompañamos desde los momentos íntimos de preparación en sus respectivas casas hasta el emotivo altar.Cada rincón se llenó con la magia de sus miradas, sonrisas y gestos de complicidad. Su amor era palpable en cada instante.
Aunque algunas personas encuentran difícil expresar sus sentimientos, un momento que siempre quedará grabado en nuestra memoria es la expresión en el rostro de Carlos cuando vio a María caminar hacia él en el altar, lista para convertirse en la persona que siempre estará ahí para lo bueno y lo malo.
En esa mirada, se reflejaba la felicidad, la emoción y, sin duda, una profunda devoción. En ese instante, Carlos parecía sentirse el hombre más afortunado del mundo.
Para un fotógrafo de bodas, ser testigo de esos momentos mágicos entre dos almas enamoradas en el día más importante de sus vidas es un privilegio inigualable, y no hay palabras que puedan transmitir completamente la emoción que se experimenta.
Después de una ceremonia emocionante, nos unimos a la diversión en el cóctel y la cena. La elección del menú fue igual de única que el resto de la boda, con pizzas, tacos, hamburguesas y sushi. Una comida rápida y deliciosa que se fusionó perfectamente con la alegría de dos personas que se aman profundamente y compartieron este día inolvidable con sus seres queridos.
Sin más preámbulos, los invitamos a disfrutar de este resumen fotográfico de su hermosa boda.»